Pentatlon, deporte polémico. ¿Seguirá siendo olímpico?

Hablemos de un deporte polémico.  El Pentatlón Moderno.  Es un deporte que ideó el barón Pierre de Coubertin, impulsor de los Juegos Olímpicos modernos. Aduciendo que la unión de las cinco disciplinas en un único deporte simbolizaba el espíritu olímpico y el lema ‘citius, altius, fortius’ debutó en Estocolmo 1912, y se ha mantenido en el programa olímpico en todas las ediciones disputadas desde entonces y, al menos, hasta París 2024.  Sin embargo, para mantenerse más allá de Paris 2024 el Comité Olímpico está pidiendo la eliminación de la fase de ecuestres, o más bien sustitución por otra cosa como pudiera ser ciclismo o incluso la escalada o patineta que son unas de las adiciones al movimiento olímpico.  Todo esto debido a la polémica causada cuando una entrenadora alemana golpeó con el puño el posterior de un caballo que se rehusaba a galopar en los recientes Juegos Olímpicos de Tokio este año.   Vale mencionar que los caballos que se utilizan en el Pentatlón Moderno son prestados no propios.

La federación internacional publicó en su página web un comunicado de los descendientes del creador del deporte, dando el visto bueno a la renuncia a la equitación: “En uno de sus escritos, Coubertin dijo que, si tuviera que rehacer lo que hizo 100 años después, probablemente lo haría de manera muy diferente, ya que entendía que la adaptación era necesaria para mantenerse relevante con el espíritu de cada época. Si hoy la hípica está llamada a desaparecer, creemos que Coubertin estaría de acuerdo con un cambio hacia una disciplina que encarne el espíritu del pentatlón moderno y modernice el deporte”.

Ya desde las olimpiadas de Londres 2012 el COI comenzó a poner en duda la continuidad del deporte que peores audiencias televisivas cosecha edición tras edición. Ya entonces se planteó la sustitución de la hípica por el ciclismo, pero la UIPM rechazó el cambio y apostó por mantener las cinco disciplinas tradicionales, aunque comprimiendo el calendario para tratar de que fuera un deporte más atractivo y dinámico para los espectadores. Hasta entonces las pruebas se realizaban en cuatro días y pasaron a realizarse en día y medio.

En la actualidad, el primer día, los 36 competidores (pueden ser menos) se enfrentan en formato de todos contra todos en esgrima con espada, a un toque. El segundo empieza con 200 metros de natación, sigue con los saltos ecuestres y después una nueva competición de esgrima en formato eliminación (empiezan el último y el penúltimo y se van incorporando uno a uno, hasta el líder, conforme se producen las eliminaciones). La competición se cierra con una combinación de carrera y tiro, llamada laser run: cuatro vueltas a un circuito de 800 metros, con la obligación de hacer diana con una pistola electrónica cinco veces entre cada vuelta.

De cara a París 2024, el formato se ha comprimido todavía más, pues se realizarán las cuatro pruebas del segundo día en apenas hora y media, con 15 minutos de pausa entre una y otra, formato que disgusta a los deportistas, que entienden que no hay tiempo para calentar adecuadamente antes de cada prueba, ya que también hay que hacer desplazamientos entre sedes en ese tiempo.

Pero ese cambio no es suficiente para garantizar la confianza del COI de cara a Los Ángeles 2028. “El pentalón moderno necesita reemplazar las pruebas con caballos y demostrar una reducción significativa de su coste y complejidad para acercarse al público general y en especial a la gente joven”, advirtió en forma de ultimátum hace unos días el presidente del COI, Thomas Bach, tras aplazar a 2023 la decisión definitiva sobre si el pentatlón moderno se mantiene o no dentro del calendario olímpico. El surf, la escalada y el skate sí vieron confirmada su continuidad, símbolo de los nuevos tiempos en el olimpismo.Si bien la prueba ecuestre es la que mejores audiencias cosecha de todo el pentatlón moderno, pero también es la más cara. En este deporte, los atletas no compiten con su propio caballo, sino que es la organización la que se encarga de proveerlos. Se sortean y cada atleta tiene 20 minutos para familiarizarse con el animal antes de saltar con él obstáculos que alcanzan los 120 centímetros. Toda la logística que llevan aparejada los caballos puede alcanzar los 30.000 euros por competición. Los animales se suelen alquilar a escuelas de equitación o a jinetes particulares.

La presidenta de la Federación Española dice: “La realidad es que es un deporte elitista que apenas se puede practicar fuera del mundo occidental y es algo que el COI no quiere que ocurra. Este deporte se creó para los Juegos y vive por y para ellos. Si salimos del programa olímpico, el pentatlón moderno tenderá a la debacle porque la gran mayoría de los ingresos de la UIPM proceden del COI y el principal aliciente para los practicantes es poder ser olímpicos algún día. Yo vengo del mundo de la equitación, he practicado doma clásica toda mi vida, y para mí es un dolor absoluto deshacerme de ella. Pero o cambiábamos o moríamos, o manteníamos la equitación o intentábamos seguir en los Juegos”.

Su opinión es compartida por, entre muchos otros, el actual campeón olímpico, el británico Joe Choong, que recientemente declaró al Daily Mail que abandonaría la práctica del pentatlón moderno si se eliminaban los saltos ecuestres. “Quizá el mayor mérito del pentatlón moderno es ser capaz de superar obstáculos de 1,20 metros con un caballo al que acabas de conocer”, añade Heredia, que reprocha a la federación internacional haber hecho caso omiso a la petición del COI de buscar una solución dialogada con los deportistas: “Nadie nos consulta nada. El presidente de la UIPM nos llegó a decir que, si no queríamos esto, lo querrían los chicos jóvenes, que en unos años ya no conocerían otra cosa”.

“Si el pentatlón moderno se salva y sigue en los JJOO será por una decisión casi política, por el respeto a la tradición. El argumento de las audiencias no me sirve, porque entonces solo habría fútbol o meterían Fórmula 1 y MotoGP, por decir algo; y el de que es elitista tampoco, porque más lo son la vela o la propia hípica, en la que cada deportista necesita un caballo propio”, prosigue Heredia, el único representante español en Tokio.

“Si queremos tener opciones de seguir en los Juegos, aunque nadie nos lo garantice, es lo que tenemos que hacer. Ser olímpico es lo que permite a este deporte tener un circuito internacional y financiación suficiente para subsistir. Entiendo a los atletas, porque es una pérdida irrecuperable y ven amenazada su posición, por eso ha sido una decisión tan difícil de tomar”, cierra Jiménez.

Ya está decidido que el salto ecuestre será extirpado del pentatlón moderno, pero resta todavía por dilucidar qué deporte le sustituirá.

 

La decisión, traumática, fue tomada hace unos días en la asamblea de la Unión Internacional de Pentatlón Moderno (UIPM) por una abrumadora mayoría de alrededor del 85%, aunque con la oposición de algunas de las federaciones más importantes, como las del Reino Unido (ganadora de los dos oros olímpicos en Tokio), Hungría (la más laureada de siempre) y República Checa.

Los caballos han muerto. Viva la escalada. O la pista americana. O ya veremos qué. Todo por los Juegos.


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